Su rebelión consiste en destruir la esquizofrenia del hombre, destruir la división, destruir la espiritualidad que actúa en contra del materialismo, y destruir el materialismo que actúa en contra de la espiritualidad.
Es un manifiesto que cuerpo y alma están unidos, que la existencia está repleta de espiritualidad, que hasta las montañas están vivas, que hasta los árboles son sensibles, que toda la existencia contiene ambos…, o quizás nada más, que una misma energía que se expresa de dos maneras – como materia y como consciencia.
Cuando la energía se purifica, se expresa a sí misma como consciencia; cuando la energía está en bruto, sin purificar, densa, aparece como materia. Pero toda la existencia no es más que un campo de energía.Esta es mi experiencia – no mi filosofía. Y es apoyada por la física moderna y sus investigaciones: la existencia es energía.
Podemos permitir que el hombre tenga los dos mundos en conjunto. Ni es preciso que renuncie a este mundo para obtener el otro, ni que niegue el otro para disfrutar de éste. De hecho, disponer sólo de un mundo, pudiendo disfrutar de dos, es ser pobre innecesariamente.
Zorba el Buddha es la posibilidad más rica.
El vivirá su naturaleza con toda plenitud.
Cantará canciones de esta tierra
Zorba el Buddha es la posibilidad más rica.
El vivirá su naturaleza con toda plenitud.
Cantará canciones de esta tierra
No traicionará ni a la tierra ni al cielo. Reivindicará todo lo que es de esta tierra, todas las flores, todos los placeres y también reivindicará todas las estrellas del cielo.
Reivindicará toda la existencia como su hogar.
El hombre del pasado era pobre, porque dividió la existencia. El nuevo hombre, mi rebelde, Zorba el Buddha, proclama toda la existencia como su hogar. Todo lo que contiene es para nosotros, y lo debemos de usar de todas las maneras posibles sin culpabilidad, sin ningún conflicto, sin preferencia. Sin elegir disfruta todo de lo que la materia es capaz, y regocíjate de todo lo que la consciencia hace posible.
Sé un Zorba, pero no te detengas ahí.
Sigue avanzando hasta convertirte en Buddha.
Zorba es una mitad, Buddha es una mitad.
Se cuenta una antigua historia: en un bosque cerca de la ciudad, vivían dos vagabundos. Naturalmente eran enemigos, como lo son todos los profesionales – dos doctores, dos profesores, dos santos-. Uno era ciego y el otro cojo, y los dos eran muy competitivos; durante el día entero en la ciudad competían el uno con el otro.
Pero una noche sus chozas se incendiaron porque todo el bosque ardió. El ciego podía escapar, pero no podía ver donde correr, no podía ver hacia donde todavía no se había extendido el fuego. El cojo podía ver que aún existía la posibilidad de escapar, pero no podía salir corriendo – el fuego era demasiado rápido, salvaje – así pues lo único que podía ver con seguridad era que se acercaba el momento de su muerte.
Los dos se dieron cuenta que se necesitaban el uno al otro. El cojo tuvo una repentina claridad: “El otro hombre, el ciego puede correr y yo puedo ver”. Olvidaron toda su competitividad. En estos momentos críticos en los cuales ambos se enfrentan a la muerte necesariamente uno se olvida de toda estúpida enemistad.
Crearon una gran síntesis; se pusieron de acuerdo en que el hombre ciego cargaría al cojo sobre sus hombros y así funcionarían como un solo hombre. El cojo puede ver y el ciego puede correr. Así salvaron sus vidas. Y por salvarse mutuamente la vida, se hicieron amigos; por primera vez dejaron de lado su antagonismo.
Zorba está ciego – no puede ver, pero sabe bailar, cantar, regocijarse. Buddha ve, pero él sólo puede ver-. El es pura vista – simplemente claridad y percepción – pero no puede bailar; está tullido, no puede cantar ni regocijarse.
Ya es hora. El mundo está en llamas; la vida de todos está en peligro. El encuentro del Zorba con el Buddha puede salvar a toda la humanidad. Su encuentro es la única esperanza.
Buddha aporta consciencia, claridad, ojos para ver más allá, ojos para ver aquello que es casi invisible. El Zorba puede entregar todo su ser a la visión de Buddha – sin dejar que permanezca una visión árida-, sino al contrario, convirtiéndola en una forma de vida repleta de éxtasis danza y alegría.”
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