lunes, 12 de marzo de 2012

Comer para vivir, no vivir para comer


Los alimentos brindan la energía necesaria para mantenernos con vida. Pero muchas veces, en vez de alimentarnos para nutrir nuestro cuerpo, comemos por glotonería o por aburrimiento.

Como los alimentos que comemos tienen una gran influencia sobre nuestra salud, la decisión sobre lo que debemos comer, y en qué cantidades, es muy importante. Una alimentación saludable y balanceada es imprescindible para disfrutar plenamente de nuestra vida.



La función de los alimentos
Aunque los alimentos se presentan en muchas formas diferentes, todos contienen "nutrientes", que son sustancias que desempeñan estas funciones químicas básicas en nuestro cuerpo: suministrar la energía necesaria a las células y servir de materia prima para el crecimiento, restauración y mantenimiento de los tejidos y órganos vitales.

Los siete componentes vitales de la alimentación son
Carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas, minerales, fibra y agua. Todos estos componentes tienen que formar parte de nuestra dieta diaria para lograr un estado de salud óptimo. Muchos trastornos de la salud se originan por no llevar una dieta balanceada, por no planear nuestra alimentación diaria y por no hacer ejercicio o por llevar una vida sedentaria.

La sensación de hambre, o bien, de satisfacción con la comida, sirve para asegurar que se ingiera la cantidad de alimento adecuada para cubrir las necesidades energéticas de cada uno de nosotros. No obstante, las personas tienden a comer más de lo debido, lo cual puede resultar en sobrepeso, obesidad o en un aumento del riesgo a padecer diversas enfermedades crónicas.
Comer lo justo
Debemos aprender a escuchar a nuestro cuerpo, sus necesidades y las señales de hambre y saciedad que nos envía para así comer lo justo y necesario, con el fin de nutrirlo y cuidarlo como es debido.

Nunca se debe caer en la tentación de omitir el desayuno, ya que nuestro organismo trabaja mucho mejor si le proporcionamos los alimentos necesarios con la regularidad debida. Las personas que no tienen por norma el tomar por lo menos tres comidas al día tienen más tendencia a engordar.
Planear para el éxito

A menudo nos preguntamos por qué es tan difícil perder y mantener nuestro peso. Sin embargo, es más simple de lo que parece y muchas veces complicamos las cosas por costumbre. Si planificamos nuestras comidas podremos mejorar nuestra alimentación diaria.

Hay que planificar una dieta equilibrada y hacer nuestras compras pensando en esto, desde la lista del mercado hasta lo que debemos evitar comprar, pues es más fácil alejarnos de las tentaciones al no comprar ni tener al alcance ciertos alimentos que prometernos una y mil veces que ya no los comeremos más.
Por ejemplo, si queremos evitar comer un chocolate o una golosina, debemos estar preparados y contar con un sustituto saludable, como una manzana o un yogur, que satisfaga nuestro apetito.
Lo mejor es aprender a comer para vivir y no vivir para comer

Ofrezcámosle a nuestro cuerpo uno de los mejores regalos que le podemos dar: un plan de alimentación personalizado, un peso óptimo y una vida saludable.


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